Cuida la salud de los pies de los más pequeños

Por ser una fase de desarrollo constante, en la infancia se debe prestar especial atención a los pies de los más pequeños. Escoger un calzado adecuado, acudir a un podólogo y realizar estudios biomecánicos puede evitar trastornos de la pisada en la infancia y sus posibles consecuencias en la edad adulta.

Los pies nos acompañan desde nuestros primeros pasos. Es precisamente en los primeros años de vida, momento en que el crecimiento y el desarrollo de los más pequeños es constante, cuando hay que prestar especial atención a la salud de los pies de los niños.

Muchas veces es difícil escoger el calzado más adecuado para los más pequeños, especialmente cuando a ellos suele gustarles el menos conveniente y por la rapidez en la que sus pies -al igual que el resto de su cuerpo- crece y se desarrolla durante los primeros años.

Por este motivo, numerosos especialistas en podología -incluido el director de Ergodinámica, el Dr. Eduardo Sánchez-Osorio- coinciden en que las mejores opciones de calzado para los niños según su edad son:

  • Hasta los 9 meses, el niño no ha comenzado a andar y, por tanto, la función del calzado es exclusivamente la protección del frío y la humedad. Por este motivo, dentro de casa se recomienda el uso de peucos o calcetines.
  • Cuando el niño empieza a dar sus primeros pasos, de 9 a 12 meses, el calzado no debe condicionar la postura de los pies. Se recomienda un calzado flexible, suave y con puntera y dorso resistentes para proteger los dedos y evitar las rozaduras, así como una suela adherente que le aporte seguridad.
  • Cuando los pequeños ya andan lo más importante es que el calzado sea flexible (especialmente en la zona de los dedos), pero a la vez que le aporte al pie protección y adherencia. Suela plana y de fricción moderada. Sin costuras internas ni elementos anatómicos, ya que no son recomendables.
  • A partir de los 18 meses, la actividad física aumenta por lo que el calzado deportivo es muy aconsejable. El Dr. Sánchez-Osorio mantiene que es un calzado muy estudiado que se adapta al pie del niño sin oprimirlo, muy transpirable y con suelas adaptadas a la marcha o la carrera, que amortiguan el pie de los impactos y evitan lesiones.

 

Consejos para elegir calzado

 

  • Comprobar habitualmente que el calzado no se ha quedado pequeño, por lo que viene bien que haya una diferencia de algo más de 1cm entre el dedo más largo y la puntera. Esto es muy importante porque a estas edades, cualquier compresión o pequeños traumatismos puede producir deformaciones importantes.
  • Que se pueda introducir sin demasiado esfuerzo el dedo índice entre el talón y el zapato.

El Dr. Sánchez-Osorio hace hincapié en que los zapatos con caña o las botas frenan el desarrollo de la musculatura que estabiliza el pie. A estas edades la musculatura aún es inmadura y suele tener un alto grado de hiperlaxitud, por lo que interesa potenciar y estimular el desarrollo de los músculos y la propiocepción.

Últimamente se ha extendido la moda de las zapatillas con ruedines incorporados, un juguete a modo de patín que, desgraciadamente, muchos niños calzan durante demasiadas horas (se calcula que hasta un 11% lo lleva al colegio como calzado habitual). No hay que olvidar que estas zapatillas son precisamente eso, juguetes, y que llevarlas demasiadas horas puede tener consecuencias graves en los pies de los pequeños en la edad adulta.

Concretamente, este juguete equivale a que los niños anden con un tacón de entre 4-5 centímetros, además de la falta de flexibilidad y la inestabilidad de los mismos. El ‘tacón’ provoca que el peso se apoye en el antepie, lo que altera la propiocepción y provoca alteraciones biomecánicas en el futuro.

Esta es una de las causas más recientes de problemas en los pies de los niños y hay que evitarla a toda costa, pero por supuesto hay muchas más.Por ello es recomendable que los niños acudan al podólogo a los 5 y a los 10 años, o lo antes posible si se detectan alteraciones en la marcha o síntomas como:

  • Dolor: Si el niño siente molestias continuadas hasta el punto de no querer realizar actividades, hay que acudir al especialista ya que puede derivar de otras patologías y no de las molestias ‘típicas’ del crecimiento.
  • Pies planos: Aunque es normal que los niños no tengan arco en carga -por un aumento de la laxitud de los ligamentos-, si hay antecedentes en la familia lo mejor es acudir al especialista.
  • Pie cavo: Si se advierte mucho arco, puede ser derivado de cadenas musculares acortadas que se deben tratar por un especialista biomecánico.
  • Andar de puntillas: Es un síntoma de molestias en el talón, bien por acortamiento de la cadena posterior, bien por dolores.
  • Desgaste asimétrico del calzado: Lo que podría indicar una dismetría, el especialista podrá evitar trastornos que se producen para compensarla, como la escoliosis.
  • Meter los pies hacia adentro: Indicativo de una alteración de la pisada causada, normalmente, por la cadera.
  • Dedos montados

 

Para prevenir o tratar todos estos trastornos a tiempo y garantizar la salud de los pies de los más pequeños, lo más recomendable es realizarles un estudio biomecánico de la pisada.

En Ergodinámica llevamos más de 45 años poniendo toda nuestra experiencia y la última tecnología a tus pies.