Prueba de esfuerzo

Prueba de esfuerzo: El prólogo perfecto para lanzarse a hacer deporte

Las pruebas de esfuerzo o ergometrías permiten analizar la forma física y los niveles cardíacos del sujeto en situación de esfuerzo, buscando así evitar posibles consecuencias de una práctica física excesiva para su salud.

Que el deporte es salud es una verdad conocida por todos. Hacer ejercicio tiene numerosos beneficios físicos y psicológicos: mejora la forma física y la resistencia, aumenta la capacidad pulmonar y cardíaca, incrementa la autoestima y hace que la gente se sienta bien.

Es por estos beneficios, así como por la ‘viralidad’ que algunas disciplinas y deportes están consiguiendo actualmente, que la práctica deportiva jamás había estado tan extendida en la sociedad. Esto supone una gran noticia para la prevención de enfermedades cardíacas y la obesidad, que son algunas de las principales causas de la mortalidad en países desarrollados.

Pero no todo es positivo. Ésta ‘fiebre’ del deporte provoca que, a veces, personas con una forma física inadecuada y poco acostumbradas a la actividad física, se lancen a practicar deporte intensivamente con las consecuencias que ello puede tener para su salud, especialmente para su corazón.

Para prevenir dichas consecuencias, así como para indicar al ‘futuro deportista’ la intensidad y el ritmo que más le convienen, los expertos recomiendan realizar una prueba de esfuerzo o Ergometría.

¿Qué es la prueba de esfuerzo?

La Ergometría es un procedimiento o estudio para valorar la condición física del individuo. Esto es, cómo el sujeto adapta al esfuerzo, especialmente en lo que se refiere a nivel cardiovascular. Un mismo ejercicio no se adapta de la misma forma por una persona sana que por otra con problemas cardiovasculares o, por ejemplo, con obesidad, de modo que cada adaptación depende 100% de la forma física del “deportista”.

¿Para qué sirve la prueba de esfuerzo?

Esta prueba busca conocer la adaptación al esfuerzo, especialmente a nivel cardiovascular, a través de la observación de los latidos, la tensión arterial y el trazado en el electrocardiograma. A su vez, supone seguimiento que permite valorar la mejora en la adaptación al esfuerzo para conseguir así mejores resultados. Esto hace que no solo sea interesante (y necesaria) para iniciados al deporte, sino también para profesionales.

¿Cómo se realiza la prueba de esfuerzo?

La Ergometría normalmente se realiza gracias a una bicicleta estática o una cinta de correr, pero en casos concretos (por ejemplo minusvalías) también se opta por el remo. Se busca reproducir el esfuerzo físico que se da en la práctica deportiva, primero a baja intensidad, para coger ritmo, y después se incrementa la exigencia paulatinamente, por ejemplo aumentando la velocidad de la cinta y/o la inclinación o la resistencia en el caso de la bicicleta.

El ‘deportista’ está monitorizado en todo momento. Se le colocan electrodos que trasladan la información del corazón y permiten realizar el seguimiento, pero también se le toma la tensión y se tienen en cuenta las sensaciones del individuo.

Valoración, tipologías y datos obtenidos en la Ergometría

El ritmo cardiaco y la tensión arterial aumentan durante esta prueba, pero en función de la forma física del individuo este aumento será progresivo o se manifestará mucho antes en sujetos poco acostumbrados al ejercicio. La Ergometría permite prescribir el entrenamiento adecuado para cada individuo y, en función del mismo, existen pruebas más o menos intensas:

  • Submáximales: No se pasa del 80-85% de la frecuencia cardíaca máxima recomendada
  • Maximales: 100% de la FCMR

Se obtienen datos como la frecuencia cardiaca máxima, es decir cuando el deportista no puede más y alcanza la fatiga, el trazado del electrocardiograma y los aumentos de la tensión arterial.

En Ergodinámica Clínica, nuestra área de medicina deportiva realiza Ergometrías para detectar posibles patologías, así como pruebas y tratamientos para alcanzar todas tus metas y objetivos.