14 Dic Las 6 claves para esquiar con garantías de salud
El esquí es un deporte que atrae a un gran numero de público y su práctica se ve incrementada año tras año. El contacto con la naturaleza, la presencia de la nieve y la relativa sencillez en la curva de aprendizaje lo sitúan como uno de los principales deportes a practicar durante la temporada de invierno.
A continuación, os daremos algunas claves a tener en cuenta a las que debemos prestar la máxima atención durante la práctica de este deporte. Gracias a ellas, podremos prevenir posibles lesiones que puedan condicionar su práctica durante toda la temporada.
1. Disciplina
Un porcentaje importante de las lesiones que se producen en las pistas de esquí se deben a colisiones y/o imprudencias de los esquiadores. Es importante respetar las señales y balizas, controlar también la velocidad a la que bajamos y los cambios de dirección, ya que no debemos olvidar nunca que no estamos solos y nuestras acciones pueden perjudicar a terceros. Cuando realicemos una parada, siempre hacerlo en uno de los laterales de la pista, de lo contrario corremos el riesgo de entorpecer la marcha de los demás esquiadores incluso ser arroyados por algunos de ellos que no controle lo suficiente.
2. Material deportivo
Para la práctica del esquí es necesario contar con material deportivo, ya sea de compra o alquiler, es imprescindible dejarse aconsejar por profesionales del sector. En lo que se refiere a la elección de esquís, mencionar que una mala elección, por ejemplo un medida incorrecta, puede alterar nuestro equilibrio propiciando así caídas inoportunas.
Una correcta elección de las botas de esquí que se ajusten a nuestro pie. Además de mantener nuestro pie caliente, son el elemento con el que dirigimos nuestros esquís.
Una mala elección nos condicionará en gran medida el disfrute de la actividad, así como por ejemplo unas botas demasiado apretadas, dificultarán la circulación sanguínea de nuestros pies, perdiendo sensibilidad y adormecimiento en dichas extremidades. Por el contrario, una bota demasiado suelta nos restará estabilidad.
Por último, pero no menos importante, la regulación de las fijaciones de los esquís. Un mal reglaje en las fijaciones puede hacer que el esquí no salte durante una caída y provocarnos importantes lesiones.
3. Equipación
Es muy importante ir a esquiar bien equipado, de lo contrario no solo no disfrutaremos de la actividad, sino que podemos poner en riesgo nuestra salud.
Empezaremos hablando de los guantes, que nos ayudan a mantener nuestras manos calientes en ambientes en los que la temperatura roza los 0 grados o incluso llega a estar en negativo. Para una buena elección de guantes, debemos tener en cuenta que estos no deben ser muy ceñidos, los dedos no deben estar excesivamente comprimidos, ya que al igual que pasa con las botas, dificultan la circulación sanguínea y provocaría el efecto contrario. Para los niños es preferible usar manoplas ya que mantienen mejor el calor.
Nunca puede faltar protección solar. Los rayos ultravioletas que recibimos en la nieve son muy dañinos para la piel.
En primer lugar, porque la superficie de la nieve refleja e incrementa su acción. En segundo lugar, porque con las bajas temperaturas la exposición prolongada a los rayos del sol puede provocar quemaduras de 1er y 2o grado. Por lo tanto, es obligatorio aplicarse protección solar en todas las partes de la cara visibles o susceptibles de ser alcanzadas por los rayos del sol y aplicarse también en la zona de los labios un protector labial.
Utilización de gafas de sol adecuadas. Al igual que con la piel, los rayos solares también pueden afectar a la salud de nuestros ojos, llegando a producir quemaduras, dolor, lagrimeo o inclusive fotofobia. En situaciones extremas se puede llegar a sufrir “ceguera de la nieve”, generalmente reversible y provocada por la inflamación de la cornea. Sólo en dos horas de exposición a la luz solar sin la adecuada protección, el reflejo de la nieve puede provocarnos ceguera temporal.
Por último, la utilización de un gorro o cinta que proteja del frio nuestras orejas aumentará nuestro confort y podremos disfrutar más y mejor del esquí.
4. Alimentación
Una buena alimentación puede ayudarnos a prevenir lesiones musculo-tendinosas. El desayuno debe ser, junto con la cena, la comida más importante del día. Debemos asegurar el coste energético que implicará la práctica del esquí. Podemos por ejemplo tomar cereales con yogur líquido, miel y frutos secos. Todo ello nos aporta una buena cantidad de calorías y por lo tanto energía que el cuerpo consumirá durante la actividad.
Al mediodía, la comida tiene que ser pobre en proteínas y rica en hidratos de carbono (pasta) y ensaladas, esto nos ayudará a evitar excesos digestivos que pudieran limitar la oxigenación de los grupos musculares que volveremos a ejercitar más tarde.
En cuanto a la cena, debemos tomar la pieza mas importante de proteína (carne o pescado) con guarnición (patata o hortalizas). Estos alimentos favorecerán la fase anabólica o de reparación de tejidos que el cuerpo lleva a cabo mientras dormimos.
Por último, recalcar la importancia de una buena hidratación. Es recomendable hidratarse de manera periódica o bien tomar fruta a media mañana que asegure la deficiencia mineral que pueda provocar el proceso de sudoración. Recomendamos también tomar a media mañana una barrita energética o frutos secos, ya que su aporte calórico puede ser necesario tanto por la actividad física como por las propias condiciones climatológicas.
5. Entreno
Hoy en día observamos muchas “lesiones por fatiga”, debidas en gran parte a que, durante la practica deportiva le exigimos a nuestro organismo un mínimo de cualidades físicas que no tenemos, así como por ejemplo la resistencia muscular/cardiovascular, fuerza, coordinación o flexibilidad. Todas ellas provocan desequilibrios musculo-tendinosos con lesiones musculares y articulares que pueden llegar a ser graves. La temporada de esquí requiere una preparación física que variará en función de la modalidad que practiquemos y siempre asesorada por el personal técnico que corresponda.
De igual modo es muy recomendable realizar un calentamiento previo integrado por estiramientos de los grupos musculares involucrados.
6. Utilizar siempre casco
El casco es un elemento que consideramos fundamental en la práctica del esquí. Gracias a él, podemos evitar las lesiones derivadas de las colisiones y sus consecuencias, así como los traumatismos cráneo-encefálicos.
Actualmente la mayoría de las estaciones de esquí cuentan con modernos remontadores capaces de descongestionar todas las colas que se forman. Estos avances permiten el acceso a las pistas a mucha más gente que antaño y por lo tanto mayor es el número de esquiadores y surfistas que se concentran en las pistas. Hecho que hace que el riesgo de colisiones con otros esquiadores casi sea mayor que las lesiones provocadas por otras circunstancias.
Esperamos que éste artículo os ayude a disfrutar de la práctica del esquí de manera más segura y consigamos entre todos reducir el número de accidentes que se producen en las pistas.