Tratamiento para la fascitis plantar

Fascitis plantar: Síntomas, causas, prevención y tratamiento

La fascitis plantar es un proceso degenerativo que provoca la inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido elástico localizada en la planta del pie. Cuando esto sucede el principal síntoma es la presencia de dolor agudo y localizado en la zona en la que la fascia inserta con el calcáneo.

Ésta condición junto a la epicondilitis supone uno de los mayores quebraderos de cabeza de nuestros pacientes.

 

Fascitis plantar

La fascitis plantar es una patología bastante habitual en personas que practican deporte, sobretodo en aquellas modalidades en las que el pie desempeña un trabajo constante, como son el running, fútbol o el tennis.

Síntomas de la fascitis plantar

Como acabamos de comentar el principal síntoma de la fascitis plantar es el dolor bajo el calcáneo, que se puede extender hacia delante por la planta del pie, aumentado las molestias en la palpación o flexión dorsal del pie.

Normalmente el dolor suele aparecer de manera progresiva y aumentar al iniciar la actividad tras un periodo de reposo más o menos prolongado. Esto es debido al acortamiento de la fascia durante la inactividad.

Tras caminar un poco ésta se estira y en algunos casos disminuyen las molestias.

¿Cuáles son sus causas?

Son varias las causas que pueden predisponer a la fascitis plantar. Consideramos como principales las alteraciones biomecánicas que durante la marcha inciden directamente sobre la fascia plantar, produciendo sobrecargas de repetición.

Si a esto le añadimos pies cavos o planos, acortamiento de la cadena muscular posterior, obesidad y en algunas circunstancias un calzado inapropiado, tenemos el coctel perfecto para padecer ésta lesión.

Otro factor a tener en cuenta es la rigidez articular o falta de movilidad en los tobillos, especialmente hacia la flexión dorsal del pie. Éste déficit de movimiento genera un “stress” añadido a la fascia plantar durante las actividades de la vida diaria y/o deportivas que acelera el proceso inflamatorio y degenerativo.

Tratamiento para la fascitis plantar

En lo que se refiere al tratamiento para la fascitis plantar, en Ergodinámica creemos firmemente en la necesidad de generar un protocolo ordenado y personalizado a cada paciente para ser lo más específicos posible.

En la mayoría de los casos, el paciente con fascitis plantar acude a nuestro centro después de haber intentado numerosos tratamientos caseros, e incluso de haber peregrinado por distintos servicios en busca de una solución.

estudio biomecanico de la pisada

Para estos casos, aconsejamos en primer lugar un correcto estudio de la pisada, para así valorar todos aquellos factores biomecánicos que pueden estar condicionando este proceso.

 

Terapia manual

Una vez detectadas las alteraciones y “estabilizada” la lesión, tratamos las alteraciones manualmente sobre el tejido blando, estirándolo o relajándolo si es preciso y actuando con diferentes mecanismos que puedan inducir a la regeneración tisular de la fascia plantar.

Para ello, utilizamos las ondas de choque seguidas inmediatamente después de su aplicación de la diatermia profunda para generar una revascularización, necesaria para revertir el proceso degenerativo.

El protocolo que utilizamos es de tres o cuatro sesiones, una vez a la semana, para después valorar si continuamos con un tratamiento también conservador que no incida tan directamente sobre el tejido.

Mientras, el paciente debe seguir por su cuenta una serie estiramientos, principalmente focalizados en la fascia plantar y más genéricamente sobre el resto de estructuras como pueden ser los gemelos-psoleo e isquiotibiales.

Dependiendo del paciente y el caso a tratar, también podemos proceder con la aplicación de técnicas más “intensas” o específicas como por ejemplo la punción seca. Todo irá en función de las necesidades y la evolución de la lesión.

¿Cómo podemos prevenirla?

Como ya hemos comentado, las causas por las que se produce las fascitis plantar son varias y por ese motivo los estudios de la pisada juegan un papel fundamental en su prevención, pues nos ayudarán a detectar las alteraciones o desajustes que pueden desencadenar en esta molesta y dolorosa patología y tratarlos antes de que aparezca.

Por otro lado, existen una serie de ejercicios y estiramientos que podemos realizar tranquilamente en casa y sin la necesidad de equipamiento especial que nos ayudarán a estirar y relajar la zona afectada.

 

Ejercicio 1:

El primer ejercicio tiene como objetivo relajar la zona de la fascia mediante un automasaje. Para ello nos serviremos de un objeto cilíndrico, así como por ejemplo una botella de plástico o una lata de refresco. También es posible realizar este ejercicio con una pelota de tenis o similar. Para aquellas personas que sienten un dolor agudo recomendamos una botella o lata fría por su efecto analgésico y antiinflamatorio.

Apoyamos la planta del pie sobre el objeto elegido y realizamos un movimiento de atrás para adelante y luego el movimiento contrario, haciendo rotar el objeto y recorriendo toda la superficie de la planta del pie, como si de un rodillo se tratara.

 

Podemos realizar el ejercicio sentados o estando de pié

 

Ejercicio 2:

El segundo ejercicio tiene como finalidad la de estirar la zona de la fascia, psoleo y gemelos para aliviar la tensión existente en toda la estructura. Para la realización de este ejercicio nos serviremos de una toalla, banda elástica o cuerda que colocaremos en la planta del pie mientras sujetamos ambos extremos con las manos. Tiraremos de los extremos generando un movimiento de flexión hasta que notemos cómo se estira toda la zona.

Otra variante de este ejercicio es la de colocar la punta del pie en una pared mientras acercamos nuestro pecho a la pared, generando la flexión del pie y estiramiento de la zona.

La  primera variante del ejercicio se puede realizar estando de pie, sentados en una silla o en el suelo o tumbados

 

Ejercicio 3:

El tercer ejercicio nos ayudará a fortalecer la musculatura del pie. Cogemos una pequeña toalla o trapo de tela y lo extendemos en el suelo.  El objetivo es agarrar con los dedos de los pies la tela que hayamos escogido y tirar hacia nosotros.

Estos ejercicios están indicados tanto para aquellas personas que sienten molestias en la zona y quieren evitar que el problema vaya a más como para aquellas otras que ya sufren fuertes dolores. En ambos casos recomendamos incorporar estos ejercicios a las rutinas de estiramientos.

 

¿Sufres de fascitis plantar?

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